Como parte de sus experiencias más tempranas, los niños y las niñas manipulan instrumentos que les permiten trazar líneas y formas -cuando éstos están a su alcance- empiezan a usarlos como herramientas para explorar sus entorno, en principio, centrándose más en los movimientos físicos que en los trazos que realizan y luego pasan de los garabatos hacía el trazo de formas más organizadas y controladas. El producto pedagógico de la expresión artística en la educación pre-escolar se basa en la creación de oportunidades para que los niños y las niñas hagan su propio trabajo, miren y hablen sobre él y sobre la producción de otros. Las actividades artísticas contribuyen a su desarrollo integral, porque mediante ellas:
- Expresan sus sentimientos y emociones.
- Practican y avanzan en el control muscular y fortalecen la coordinación visual y motriz.
- Aprenden a utilizar instrumentos, desarrollan habilidades perceptivas como resultado de lo que observan, escuchan, palpan y tratan de representar a través del arte.
- Se dan cuenta de que otros tienen diferentes puntos de vista y formas de expresarse.
- Desarrollan la idea de que a través del arte se transmite la cultura.
- Experimentan sensaciones de éxito.